La influencia de la mercadotecnia en las personas es más grande de
lo que la gente puede imaginar. Antiguamente en los mercados la gente realizaba
trueques e intercambiaba bienes por bienes, lo cual dejaba mucho que desear
puesto que no tenías mucha opción entre el bien ofrecido y el bien que tú
deseabas. Con el paso del tiempo las industrias dejaron de producir grandes
masas estandarizadas de productos para comenzar a observar al cliente y sus
necesidades. Con este avance las industrias se trasladaron a empresas que
generaban productos que satisfacían a algunos clientes, pero poco a poco
descubrieron que no se podía abarcar todo y que dentro de toda la población
era, mucho más rápido y más efectivo, enfocarse solo en un segmento.
Con esto descubrimos que los consumidores tienen, dependiendo de
su segmento, cierto tipo de actitudes a esperar, lo cual ayuda a construir un
producto que satisfaga de manera más específica a esta parte de la población.
Con estudios de mercado sabemos cómo posicionar nuestra marca, dónde, con que
segmento y en qué lugar.
Por lo tanto si observamos a nuestro alrededor encontraremos que
muchos productos, personas, servicios, etc. Están siendo ofrecidos a los
consumidores en cada momento. La venta de un producto implica estudios de
mercado, publicidad, posicionamiento, ventas, etc. De igual manera “la venta de
uno mismo”; la forma en que te vistes, la actitud que posees, las palabras que
utilizas para hablar, los estudios que tienes, tus intereses, la gente con la
que te relacionas habla algo de ti y ese algo es lo que consiente o
inconscientemente tratas de que la gente vea o crea de ti.
Y esto de la venta de la personalidad no es algo nuevo ya que
desde que existimos es mercadotecnia palpable a lo largo de los siglos. Todos
hemos sido influenciados por nuestros distintos ambientes y de estos generamos
una personalidad que más nos agrada o que más agrada a los demás, lo cual
también hacían las amas de casa de la edad media o los filósofos de los
primeros tiempos. Por lo tanto la influencia que la mercadotecnia general es
innata ya que en cada momento tenemos que elegir entre algún producto, alguna
persona, algún servicio y nosotros necesitamos que la gente escoja nuestra
forma de pensar, de actuar, de vestir, etc. aunque no lo hagamos de manera
consiente.
Nadie se queda atrás en la influencia que tiene la mercadotecnia
porque ésta no es solo publicidad de algún producto, si no que abarca muchas
áreas que cualquiera de nosotros ha empleado con mayor o menor destreza. Es una
materia básica del ser humano saber vender, pero si te especializas y te
vuelves consiente de lo que quieres, de lo que vas a proyectar o de cómo la
gente espera que actúes, se puede transformar en un gran aliado que te ayude a
desenvolverte en el medio y a sobresalir de él si sabes que es lo que éste
necesita.
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