En la historia y en el contexto del comercio han surgido
diferentes orientaciones o enfoques para hacer negocios. Estos enfoques aún
están presentes en algunas industrias y mercados, aunque en la actualidad el
marketing está cada vez más orientado al mercado y al cliente.
Orientación a la producción: Los consumidores prefieren productos que estén muy disponibles y a bajo coste. Hay un mercado potencial importante, oferta escasa y segmentos desconocidos. La venta es fácil, pero el papel del marketing aún es limitado.
Orientación a la producción: Los consumidores prefieren productos que estén muy disponibles y a bajo coste. Hay un mercado potencial importante, oferta escasa y segmentos desconocidos. La venta es fácil, pero el papel del marketing aún es limitado.
Orientación al producto: Se produce en los casos
en los que el mercado es nuevo o está dominado por una única empresa oferente (monopolio).
La empresa no se preocupa por las ventas, ya que las tiene aseguradas, y su
actividad comercial se limita exclusivamente a mejorar el proceso productivo y
la calidad del producto.
Orientación a las ventas: Cuando el mercado se
encuentra en expansión y hay varias empresas luchando por su dominio, su
esfuerzo se centra en el incremento de las ventas. Al tratarse de un producto
nuevo, el consumidor no es muy exigente y lo compra principalmente en función
del precio.
Marketing de orientación
al mercado: Una vez que el mercado
se ha asentado y los consumidores conocen bien el producto, el enfoque de la
comercialización cambia. Las empresas tratan de conocer los gustos de los
compradores potenciales para adaptar los productos a sus necesidades y la
producción se diversifica.
Orientación a la marca: En mercados altamente
competitivos las marcas juegan el roll principal en los procesos de
comercialización. Cuando los mercados están saturados con exceso de oferta las
empresas segmentan mercados para introducir productos que encajen en los
distintos estilos de vida de sus consumidores. Esta es una batalla de
percepciones. La única herramienta empresarial capaz de actuar en este terreno
es la marca. Las marcas guían la percepción para generar actitudes positivas
hacia los productos y servicios, de esta forma son capaces de influir en las
decisiones de compra conectando a los consumidores con deseos y anhelos de una
vida más positiva.